HISTORIA DE LA ESCUELA INDUSTRIAL DE BARCELONA
Creación de las enseñanzas industriales en España. Primeras escuelas
La Escuela Industrial de Barcelona
El conflicto entre la Escuela de Ingenieros y la Diputación
Los años difíciles de la Escuela Industrial: 1939 – 1979
La época moderna: 1979 – 1997
La Escuela hoy

Creación de las enseñanzas industriales en España. Primeras escuelas

En la época preindustrial, el Real Decreto del 4 de septiembre de 1850 estableció, por vez primera en España, la organización de las enseñanzas técnicas industriales en tres grados. El primer grado correspondía a la enseñanza superior y formaba ingenieros de primera clase (ingenieros mecánicos y químicos de primera clase, o bien ingenieros industriales si se obtenían las dos especialidades). El segundo grado era la enseñanza de ampliación con tres años de duración y un cuarto año optativo. Concluidos los tres primeros cursos de ampliación se obtenía el título de profesor industrial y si se superaba el cuarto el de ingeniero mecánico o químico de segunda clase. Si en un quinto curso se completaban los estudios de las dos especialidades el título que se obtenía era el de ingeniero de segunda clase. El tercer grado, o enseñanza elemental, se encargaba de formar maestros en artes y oficios tras cuatro años de carrera, pudiéndose obtener tras los tres primeros un certificado de aptitud para las profesiones industriales.

En definitiva, el decreto de Manuel Seijas Lozano, ministro responsable de la promulgación del decreto fundacional de las enseñanzas industriales en España, de menor a mayor nivel establecía las siguientes titulaciones:

Enseñanza Elemental:
1) Certificado de aptitud para las profesiones industriales;
2) Maestro en Artes y Oficios.

Enseñanza de Ampliación:
1) Profesor Industrial;
2) Ingeniero Mecánico o Ingeniero Químico de segunda clase;
3) Ingeniero Industrial de segunda clase.

Enseñanza Superior:
1) Ingeniero Mecánico o Ingeniero Químico de primera clase;
2) Ingeniero Industrial de primera clase.

Las nuevas escuelas industriales serían de tres tipos: elementales, de ampliación (en Barcelona, Sevilla y Vergara) y Central (Real Instituto Industrial de Madrid). El acceso a la enseñanza superior requería haber
aprobado los tres primeros cursos de ampliación.

La Escuela Industrial Barcelonesa fue fundada por Real Orden del 24 de marzo de 1851 e inauguró su primer curso oficial en la Lonja de Barcelona el 1 de octubre de 1851. Fue constituida a partir de las antiguas escuelas y cátedras de la Lonja y de San Sebastián creadas por la Junta de Comercio de Barcelona, incorporando tanto las de carácter científico e industrial como las de Comercio, Agricultura y Náutica. Así pues, en sus inicios, la Escuela Industrial Barcelonesa impartía enseñanzas industriales y mercantiles. Desde su creación hasta 1873, la escuela tuvo su sede en el antiguo convento de San Sebastián, en la plaza de Antonio López. Entre 1850 y 1855, en España, además de las primeras escuelas industriales mencionadas, se crearon las
escuelas de ampliación de Valencia y Gijón.

En pleno bienio progresista, Francisco Luxán promulgó, mediante decreto del 20 de mayo de 1855, el Plan orgánico para las escuelas que debían impartir enseñanzas industriales. A dicho Plan le seguiría, una semana más tarde, un extenso reglamento que daba detalles de las materias que comprendían las distintas asignaturas del plan de estudios de estas escuelas. En consecuencia, en la de Barcelona se cursarían tres años como aspirante a ingeniero industrial y los dos restantes se tendrían que cursar en el Real Instituto Industrial de Madrid. Asimismo, las Escuelas de Ampliación recibirían la nueva denominación de Escuelas Profesionales. Cabe destacar que ninguna provincia se acogió a la facultad de poner a su cargo una escuela profesional para los tres cursos. Se ponía de manifiesto que las previsiones del RD fundacional de 1850 acerca de las enseñanzas industriales en España, a todas luces excesivamente optimistas, empezaban a desvanecerse.

Casi sin tiempo material para poner en marcha la reforma de Luxán, la Ley de Instrucción Pública (Ley Moyano), del 10 de septiembre de 1857, cambiaba radicalmente la enseñanza industrial de la forma que había quedado
establecida en los decretos de Seijas y Luxán. La enseñanza elemental desapareció como estudio independiente, puesto que se transfirió a los institutos de 2ª enseñanza en forma de “enseñanzas de aplicación a las profesiones industriales”. En los citados institutos se accedía a los diez años para cursar estudios generales durante dos períodos docentes, finalizados los cuales se abría, ahora, la posibilidad de cursar las enseñanzas de aplicación a las profesiones industriales. Por otra parte, la enseñanza industrial profesional (o de ampliación) y la superior se refundieron dando lugar a los estudios superiores de ingenieros industriales. Ello forzó a declarar superiores a todas las escuelas industriales (Barcelona, Sevilla, Valencia, Vergara y Gijón). Por este motivo, la escuela de Barcelona pasó a denominarse Escuela Superior Industrial de Barcelona y así, en 1861, se expidieron en Barcelona los primeros títulos superiores en las especialidades Mecánica y Química (Ingenieros Mecánicos e Ingenieros Químicos).

La Ley Moyano consagró la desaparición de la enseñanza elemental como enseñanza vinculada a la ingeniería. Asimismo, al transformar las escuelas industriales regionales en superiores, extinguió las enseñanzas profesionales anteriormente llamadas de ampliación. Todo ello ocasionó una sensible disminución del flujo de estudiantes que propiciaría su desaparición. Efectivamente, poco después las dificultades de financiación de las escuelas y la crisis económica de la época forzaron el cierre sucesivo de las escuelas superiores industriales. En 1860 se cerraron las de Gijón y Vergara; Valencia y Sevilla tuvieron que hacer lo propio en 1865 y 1866 respectivamente y, finalmente, en 1867, desapareció también el Real Instituto Industrial de Madrid. Así pues, la Escuela de Barcelona, a partir de 1865 conocida con el nombre de Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona, fue la única de su categoría. La Escuela de Ingenieros Industriales logró subsistir gracias al acuerdo tripartito para compartir su sostenimiento entre el Estado, la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento de la ciudad. En 1868, ante la falta de enseñanzas industriales elementales y medias, la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona puso en marcha, en horario nocturno, unas enseñanzas para obreros.

La Escuela permaneció en el antiguo convento de San Sebastián hasta las vacaciones de Navidad de 1873, época en la que se trasladó al nuevo edificio de la Universidad literaria, en la plaza de la Universidad, donde permaneció hasta 1927. Así pues, la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona fue, durante 32 años -hasta 1899, año en que se creó la Escuela de Ingenieros Industriales de Bilbao-, la única Escuela de Ingenieros Industriales de España.

Paralelamente, en esta época, las enseñanzas nocturnas de la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona dieron lugar a la Escuela Libre Provincial de Artes y Oficios, agregada a la Escuela y sostenida por la Diputación de Barcelona. Dos años antes, en 1871, el Conservatorio de Artes de Madrid había creado una Escuela de Artes y Oficios, también nocturna, para obreros.

En 1886, se da un mayor relieve a la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, que obtiene la categoría de Central, y se crean otras siete Escuelas de Artes y Oficios nocturnas, sostenidas por el Estado, en Alcoy, Almería, Béjar, Gijón, Logroño, Santiago y Vilanova i La Geltrú, con el fin de “instruir maestros de taller, contramaestres, maquinistas y artesanos”. Desde esta fecha hasta 1900, las Escuelas de Artes y Oficios cambian sucesivamente de nombre: Escuelas de Artes e Industrias, primero, y Escuelas Superiores de Artes e Industrias, después.

Entretanto, en 1900, el Ministerio de Fomento, del cual dependían los centros, se dividió en dos: el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y el Ministerio de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas. Empezaba un período de discusión acerca de las características que debían tener tanto los centros de enseñanza como sus planes de estudio y de la relación entre los diversos niveles de las enseñanzas técnicas.(4) Fomento del Trabajo Nacional, organización patronal catalana, con el proyecto de Escuelas Industriales que había presentado al nuevo ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, inspiró el sentido de la reforma de la instrucción pública en España. Por ello, la propuesta que se enviaba al ministerio consistía “en poner en marcha una enseñanza fundamentalmente práctica (frente a lo puramente científico y especulativo) de modo que los estudiantes se familiarizasen muy pronto con el oficio de técnico que estaban aprendiendo…”. La propuesta de Fomento del Trabajo Nacional, que contaba con el apoyo de la Diputación de Barcelona, defendía una estructura formativa de las enseñanzas industriales en tres niveles: Escuelas Elementales para obreros, Escuelas Industriales Secundarias (escuelas industriales propiamente dichas, inexistentes hasta entonces que se debían crear ex novo) y las Escuelas Técnicas Superiores (las escuelas especiales existentes, pero sometidas a radicales y numerosas reformas).

El Real Decreto del 17 de agosto de 1901, de Romanones, ministro liberal al frente del ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, estableció los ejes de la reforma de las enseñanzas industriales. Ésta organizaba las enseñanzas técnicas especializadas en estudios elementales y superiores de industrias. Los primeros se impartían en los Institutos provinciales, y daban lugar al certificado de Práctico industrial; los segundos se cursaban en las Escuelas Superiores de Industrias (las antiguas Escuelas de Artes e Industrias, antes llamadas de Artes y Oficios) con el objeto de formar peritos.

El RD de Romanones creó, además, Escuelas Superiores de Industrias en Alcoy, Béjar, Cartagena, Gijón, Las Palmas de Gran Canaria, Madrid, Terrassa, Vigo y Vilanova i la Geltrú, lo cual significaba, para algunas de ellas, la consolidación de sus escuelas profesionales de Artes y Oficios creadas en 1886. No fue creada ninguna escuela industrial en Barcelona porque las entidades que la promovían pensaban en un centro mucho más ambicioso de lo que preveía la reforma de 1901. En las nuevas escuelas se otorgaban, según el caso, los certificados de Mecánico, Electricista, Metalurgista ensayador, Químico o Aparejador, títulos que daban derecho a ejercer las profesiones respectivas y a matricularse en las Escuelas Superiores de Ingenieros Industriales de Barcelona y Bilbao, y en la Escuela Central de Ingenieros Industriales Madrid que se crea en este RD.

La Escuela Industrial de Barcelona

En 1900, la Diputación Provincial de Barcelona, el Ayuntamiento de la ciudad, la Escuela de Ingenieros Industriales, Fomento del Trabajo Nacional y otras corporaciones locales promovieron en Barcelona, con la denominación de Escuela Industrial, la creación del Centro General de Enseñanza Técnica “en el cual se completará la enseñanza industrial de manera que puedan verificarse los estudios, desde los más elementales hasta los necesarios para obtener el título de ingeniero”.

La Escuela Industrial de Barcelona se creó mediante Real Decreto del 30 de marzo de 1904 del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, regida y administrada por la Diputación de Barcelona, bajo la vigilancia e inspección de un Delegado Regio, en régimen de amplia libertad y autonomía. La representación y administración de este Centro General de Enseñanza Técnica corrían a cargo del Patronato de la Escuela Industrial, en el cual estaban representadas las principales entidades barcelonesas vinculadas con el desarrollo económico e industrial. Además de Fomento del Trabajo Nacional, participaban la Asociación de Ingenieros Industriales, la Cámara de Comercio, la Sociedad Económica de Amigos del País de Barcelona, el Sindicato de Exportadores de Vinos, el Ayuntamiento y la Diputación de Barcelona.

Los primeros artículos de este RD de Organización de la Escuela Industrial establecían con claridad el alcance del proyecto.

· Artículo tercero:“Esta Escuela dispondrá de abundante material de enseñanza, así como de vastos talleres y laboratorios, a fin de que los alumnos puedan adquirir simultáneamente los conocimientos teóricos y prácticos que les permitan una eficaz e inmediata aplicación al servicio de la industria particular”.

· Artículo cuatro: “La Escuela Industrial se formará: 1) Con las Escuelas municipales de Artes y la provincial de Artes y Oficios; 2) Con las enseñanzas nuevas que se creen; 3) Con la Escuela de Ingenieros Industriales. Los dos primeros grupos corresponderán a la enseñanza no oficial, y el tercero y último, es decir, la Escuela de Ingenieros Industriales, conservará su carácter oficial, seguirá dependiendo del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y rigiéndose por la legislación general del ramo”.

El planteamiento inicial era, pues, bastante ambicioso e incluía no sólo la creación de lo que hoy entenderíamos como un campus, sino también la disponibilidad de numerosos laboratorios y grandes museos adjuntos a la Escuela, pero con la posibilidad de ser utilizados en la investigación, al servicio de la comunidad técnica y científica. Por lo que se refiere a la enseñanza, debía alcanzar todos los niveles, desde la formación de aprendices hasta la ingeniería. La Escuela Industrial se implantaría en el conjunto de edificios y solares de Can Batlló, que fueron visitados por el rey Alfonso XIII el día 11 de marzo de 1908.


El Centro General de Enseñanza Técnica creó en 1909 la Escuela de Industrias Textiles, en la cual, pues, se impartieron las primeras clases de la Escuela Industrial de Barcelona. En 1910 la Mancomunidad, presidida por Prat de la Riba, reconvirtió el Centro en Universidad Industrial, de la cual saldrían las primeras promociones de Directores de Industrias Textiles. A esta primera escuela, en los años siguientes, le siguieron otras: 1910, Laboratorio de Estudios Superiores de Química (más tarde Instituto de Química Aplicada);1911, Escuela Superior de Agricultura y Escuela de Directores de Industrias Textiles;1913, Escuela Elemental del Trabajo, Escuela de Tenería y Escuela de Blanqueo, Tintorería, Estampación y Aprestos;1916, Escuela de Directores de Industrias Químicas;1917, Instituto de Electricidad Aplicada;1919, Instituto de Electricidad y Mecánica Aplicadas;1922, Laboratorio General de Ensayos y Acondicionamiento.

El traslado de la Escuela de Ingenieros Industriales no se efectuó inmediatamente, como se había previsto, a causa del enfrentamiento existente entre el claustro de la Escuela y los dirigentes de la Diputación. De esta manera, la ruptura institucional dejaba la Escuela Industrial descabezada, sin poder contar con la enseñanza superior. Para resolver este problema, la Mancomunidad se propuso crear un nuevo centro de ingeniería, confiando a Esteve Terradas el diseño del nuevo proyecto.(7),(8) Así pues, en 1917, en el recinto de la Universidad Industrial y bajo la dirección de Terradas, se creó el Instituto de Electricidad Aplicada, la misión del cual, con visión acertada de futuro, trataba de unir la tarea docente con la de investigación al servicio de la industria. El Instituto estaba formado por la Escuela de Directores de Industrias Eléctricas y el Laboratorio de Ensayos al servicio de la docencia y la sociedad. El laboratorio contó con un abanico muy completo de posibilidades, incluidos los ensayos a alta tensión. El Instituto fue ampliado a la Mecánica en 1919, creándose la Escuela de Directores de Industrias Mecánicas. De esta manera quedaba completada la enseñanza de todas las especialidades técnicas industriales de la época.

El advenimiento de la dictadura de Primo de Rivera desmanteló el conjunto al publicar, el 31 de octubre de 1924, el Estatuto de Enseñanza Industrial, que forzaba la unificación de las Escuelas en una única Escuela Industrial, dependiente de una Junta Local de Enseñanza Industrial en sustitución del Patronato. El Laboratorio General de Ensayos y Acondicionamiento fue segregado de la Escuela, y se convirtió en el Laboratorio General independiente. La Escuela continuó siendo sostenida por la Diputación y, en 1926, la Junta Local de Enseñanza Industrial, con el apoyo de la Diputación, solicitó el reconocimiento oficial de los estudios que fue concedido por Real Orden el 19 de octubre de 1927. El Instituto de Electricidad y Mecánica Aplicadas creado por Terradas fue disuelto en 1928.

Tras la promulgación del nuevo Estatuto de Formación Profesional, el 21 de diciembre de 1928, la Junta Local de Enseñanza Industrial se transformó en Patronato Local de Formación Profesional, presidido por el presidente de la Diputación, y la Escuela se convirtió en una nueva institución, el Real Politécnico Hispano Americano. En este centro se impartieron las enseñanzas correspondientes a los grados de Técnico y Auxiliar, según los planes de estudio estatales, dedicándose a la formación de Técnicos Industriales en las especialidades Mecánica, Eléctrica, Química y Textil. En esta época, el nivel de los estudios que impartía el Centro era inferior al de los antiguos estudios de Directores de Industrias.

En 1931, con la reinstauración de la Generalitat de Catalunya, la Escuela pasó a depender del Patronato Local de Formación Profesional de Barcelona que, en un intento de aumentar su nivel, complementó las enseñanzas de Técnicos y Auxiliares estatales con los estudios de Director de Industrias, mediante el estudio de unas asignaturas complementarias. Disuelto el Patronato en 1936, la Escuela pasó a depender del departamento de Cultura de la Generalitat por Decreto del 3 de agosto. En esta etapa, previa a la guerra civil, la Escuela recuperó su antiguo esplendor; prueba de ello fue el intento, en 1937, de hacer retornar el Laboratorio de Ensayos a la órbita de la Escuela. Todo ello quedó truncado por los acontecimientos de la época y se redujo a la entrega, al año siguiente, de unos pocos aparatos eléctricos.

El conflicto entre la Escuela de Ingenieros y la Diputación

Aunque el Real Decreto del 30 de marzo de 1904 preveía integrar la Escuela de Ingenieros de Barcelona en la Escuela Industrial de Barcelona de nueva creación, ésta se haría esperar muchos años. A finales de 1914, la Escuela de Ingenieros se preparaba para el traslado, que no llegó a producirse porque se estaba germinando un serio conflicto de competencias, que no tardaría en
estallar, entre esta escuela y la Diputación provincial.

El informe “Memoria sobre la Enseñanza Técnica Superior en España. La Escuela de Ingenieros de Barcelona y su mejoramiento y transformación”, redactado por encargo de la Diputación, analizaba la situación de la formación técnica superior en el mundo y, a la vez, formulaba una durísima crítica en contra de la Escuela de Ingenieros de Barcelona. En julio de 1915, el citado informe dio pie al siguiente, titulado “Reorganización de algunas escuelas técnicas”, por el cual la Diputación se declaraba partidaria de la intervención, a través de los Patronatos, de todas las escuelas que sostenía o ayudaba a sostener, y entre las cuales se hallaban las Escuelas oficiales de Ingeniería, Arquitectura, Náutica y Artes y Oficios. En marzo de 1916, el claustro de la Escuela de Ingenieros solicitó la plena incorporación de la Escuela al Estado. Un año después, un Real Decreto del 18 de abril de 1917 incorporó la Escuela de Ingenieros al Estado, finalizando, de esta manera, la dependencia de ésta con la Diputación de Barcelona.

Con el advenimiento de la dictadura de Primo de Rivera, se allana el camino para la integración de la Escuela de Ingenieros a la Universidad Industrial. Así, una Real Orden de 1924 crea una comisión para acelerar el mencionado traslado y, el 30 de octubre de 1927, Alfonso XIII inaugura la nueva sede de la Escuela de Ingenieros de Barcelona en el edificio del reloj situado en el recinto de la antigua fábrica Batlló de la calle Urgell. El traslado de la Escuela de Ingenieros al campus universitario de Pedralbes tendría lugar en octubre de 1964, por lo que ésta permaneció en el recinto de la Escuela Industrial de Barcelona entre los años 1927 y 1964.

Los años difíciles de la Escuela Industrial: 1939 – 1979

En el año 1939, finalizada la guerra civil, la Diputación Provincial de Barcelona se volvió a hacer cargo de la Escuela Industrial de Barcelona. Se acabaron las libertades civiles, políticas y culturales de Cataluña, y la Escuela entró en el período más oscuro y gris de su historia, que se prolongó hasta la década de los setenta.

La Orden del 11 de junio de 1940 (BOE de 11 de julio) del Ministerio de Educación Nacional (MEN) dispuso la creación de una Comisión Gestora que se hizo cargo de la Escuela, que a partir de entonces se dedicó a la formación de técnicos industriales en las especialidades Mecánica, Eléctrica, Química y Textil. A la citada Comisión Gestora le siguió un nuevo Patronato Local de Formación Profesional. En 1942, tras adaptarse a la nueva normativa estatal, la Escuela se transformó en Escuela de Peritos Industriales de Barcelona, otorgando el título correspondiente.

Decidido a extinguir los Patronatos de Formación Profesional por la Ley de Formación Profesional Industrial del 20 de julio de 1955, el MEN, por Orden del 19 de diciembre de 1955 (BOE de 31 de diciembre), nombró un nuevo Patronato, exclusivo para la Escuela, del que sería presidente el mismo que el de la Diputación de Barcelona. La justificación de este nuevo Patronato no quedó claramente establecida, puesto que otras escuelas afectadas (Agricultura y Canet) pasaron a depender directamente de la Diputación de Barcelona. En junio de 1957, las Cortes aprobaron la Ley de Ordenación de las Enseñanzas Técnicas, mediante la cual se introdujo la terminología de Escuelas Técnicas Superiores y Escuelas Técnicas de Grado Medio, incluyéndose en estas últimas, entre otras, las Escuelas de Peritos y Aparejadores. Todas ellas pasaron a depender del ministerio de Educación, en lugar de depender de un ministerio distinto según la especialidad (Obras Públicas, Agricultura, Industria, etc.).

La Reordenación de las Enseñanzas Técnicas de 1964 extinguió la paridad de la Escuela frente a las estatales, ya que, además de cambiar su nombre por el de Escuela de Ingeniería Técnica Industrial de Barcelona, una orden del 16 de marzo de 1966 (BOE de 7 de abril) la declaró Centro No Estatal Reconocido, obligándola a aceptar la intervención de un tribunal extraño a ella, nombrado por el Ministerio, para juzgar los ejercicios de reválida necesarios para conseguir el título. Esta pérdida de libertad se acabó de consumar cuando, por aplicación del Decreto 2293/73, del 17 de agosto, fue preciso solicitar la adscripción a la Universidad Politécnica de Barcelona (UPB) (más tarde UPC) convirtiéndose en Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial de Barcelona (EUETIB) lo que comportó el control por parte de la UPB. Por otra parte, la Orden Ministerial del 17 de septiembre de 1974, que desarrolla el citado Decreto, forzó la creación de un Patronato Escolar (distinto del Patronato titular), que resultó absolutamente inoperante dado que se reunió una única vez para su propia constitución. Asimismo, fue preciso presentar al Ministerio una propuesta de Reglamento de la Escuela junto a la solicitud de adscripción a la UPB.

La dirección de la Escuela, que quedaba vacante en 1974 tras el fallecimiento del que fuera su director desde 1948, Benjamín Tremosa Nou, no fue suplida, haciéndose cargo provisional de la misma el secretario del centro, Pau Alegre Pi. En 1975, la Escuela se hallaba en una espiral de infradotación de medios de todo tipo y el personal de la Escuela y el alumnado se manifestaron para reclamar que el centro pasara a depender directamente de la Diputación de Barcelona. Esta aspiración motivó que la Corporación provincial, en su sesión plenaria de 29 de abril de 1975, aprobara un Dictamen declarando de interés provincial la incorporación de la Escuela como Institución dependiente de la Diputación. Aun cuando este acuerdo, de carácter puramente declarativo, no fue seguido con ningún otro de carácter ejecutivo, cabe decir que la Diputación obró en calidad de titular de la Escuela al solicitar su transformación en Escuela Universitaria y su adscripción a la Universidad Politécnica de Barcelona (UPB). En este contexto, en el cual la adscripción de la Escuela a la UPB hizo muy compleja y confusa la situación del Centro, tuvo lugar la jubilación del profesor y director provisional, Pau Alegre Pi, en julio de 1976. Durante unos pocos meses el profesor José Pérez González fue nombrado director en funciones. La provisión del nuevo cargo no resultó efectiva dado que el Decreto 2293/73, antes citado, obligaba a que el director perteneciese a un cuerpo docente del Ministerio de Educación y Ciencia (MEC). Por eso, de entre los profesores del centro que reunían dicha condición, el Patronato propuso como director a Alfons Enseñat Badías, que contó con el beneplácitodel rector de la UPB, siendo posteriormente ratificado por el MEC. El profesor Enseñat tomó posesión del cargo el 30 de noviembre de 1976.

En 1977, la Dirección de la Escuela convocó un Claustro General con participación de los alumnos y personal no docente, fruto del cual fue la creación de la Junta de Escuela formada por representantes del profesorado, alumnos y personal no docente elegidos democráticamente. Su actuación resultó decisiva en la solución de los problemas académicos que se presentaron en la Escuela a partir de esta fecha. De esta manera, la EUETIB recuperaba el modelo de participación democrático, aunque con unos años de retraso con respecto al movimiento estudiantil y de profesores no numerarios (PNN) de la Universidad. En 1978, a petición de la Diputación, el MEC consideró, mediante una Orden de 8 de mayo, que la adscripción de la Escuela hacía inaplicable el régimen creado en la orden ministerial de 19 de diciembre de 1955 por la cual se había creado un Patronato especial para el centro. En consecuencia, se declaraba extinguido el Patronato especial a la vez que encomendaba el gobierno y la administración del centro a los órganos previstos en el Decreto 2293/73 antes citado. Paralelamente, la Diputación acordó incorporar la Escuela a sus centros de enseñanza, vinculándola administrativamente a los centros de la “Comisión de Cultura, Deportes y Turismo” y a la “Gerencia de los Centros de Enseñanza e Investigación”. Así en junio de 1978, la Diputación modificó la composición del Patronato y, en 1979, una vez restaurada la Generalitat de Catalunya presidida por Josep Tarradellas, lo disolvió y creó uno nuevo que se constituyó en marzo de 1979.

La época moderna: 1979 – 1997

El nuevo Patronat de la Escola Universitària d’Enginyeria Tècnica Industrial de Barcelona, presidido por Josep Tarradellas, que a su vez ostentaba la presidencia de la Diputación de Barcelona, fue operativo de inmediato. En julio de 1979, la Diputación aprobaba el Reglamento de la Escuela, vulgarmente conocido como Reglament Tarradellas, que permanecería en vigor en el centro hasta junio de 2000.

El 20 de noviembre de 1989 se firmó el Conveni d’adscripció i de col·laboració acadèmica de la EUETIB con la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). En noviembre de 1991 se modificaron los estatutos del Patronato y éste pasó a denominarse Organisme Autònom Escola Universitaria d’Enginyeria Tècnica Industrial de Barcelona. El nuevo Estatuto creó una Gerencia, con funciones ejecutivas en el ámbito económico-administrativo laboral, que debía impulsar un proceso de adaptación de la Escuela con el objetivo de facilitar su integración en la Universidad.

En septiembre de 1996, casi veinte años después de la reinstauración de la Generalitat de Catalunya y ostentando ésta competencias plenas en formación universitaria, el Pleno de la Diputación de Barcelona declaró la enseñanza universitaria como un servicio impropio de la Corporación. Durante la primavera de 1997, la Junta de Govern del Patronato rechazó los sucesivos Planes de ordenación académica de la Escuela para el curso 1997-98 y aprobó una planificación que reducía en una tercera parte la oferta de plazas de alumnos de nuevo ingreso en el centro. En consecuencia, a finales de mayo de 1997, la crisis se difundió en la comunidad académica, dimitiendo el equipo de dirección del Centro a la vez que profesores y alumnos iniciaban un proceso de movilizaciones y manifestaciones.

Esta situación, inquietante para el futuro inmediato de la EUETIB, condujo a un período de negociaciones entre la Generalitat de Catalunya, la Diputación de Barcelona y la UPC. Las negociaciones fructificaron a finales de julio de 1997, rubricando las tres instituciones un protocolo de acuerdo con la finalidad de iniciar el proceso para la integración de la EUETIB al sistema universitario público de Cataluña. A tal fin, las instituciones se comprometían a constituir un Consorcio para que éste asumiese la titularidad y la gestión de la EUETIB.

La Escuela hoy

En julio de 1998 se constituyó el Consorci Escola Industrial de Barcelona (CEIB), constituido por la Generalitat de Catalunya, la Diputación de Barcelona y la UPC, con el fin de iniciar el proceso para la integración de la EUETIB al sistema universitario público de Cataluña. Así pues, este Consorcio es hoy el ente titular de la Escuela y también de la Escola Superior d’Agricultura de Barcelona (ESAB).

La EUETIB, como centro de enseñanza superior adscrito a la UPC, se rige por el Acuerdo del 8 de julio de 1998 del Govern de la Generalitat de Catalunya, por el cual se aprueban los Estatutos del CEIB; por la Ley Orgánica de Universidades del 26 de diciembre de 2001; por la Llei 1/2003, del 19 de febrero, d’Universitats de Catalunya; por el Decreto 390/1996, del 2 de diciembre, de Regulación del régimen y la adscripción a universidades públicas de centros docentes de enseñanzas superior; por el Conveni d’adscripció de l’EUETIB a la UPC del 21 de diciembre de 1999 y por el Decret 225/2003, del 23 de septiembre, de aprobación de los Estatuts de la Universitat Politècnica de Catalunya.

En la EUETIB se puede estudiar la carrera universitaria de Ingeniero Técnico Industrial en cuatro especialidades, según el plan de estudios vigente de 2002 y que corresponden a la obtención de los títulos siguientes:

• Ingeniero Técnico Industrial, especialidad en Electricidad
• Ingeniero Técnico Industrial, especialidad en Electrónica Industrial
• Ingeniero Técnico Industrial, especialidad en Mecánica
• Ingeniero Técnico Industrial, especialidad en Química Industrial