La UPC se une a la Planetary Health Alliance

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El Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la UPC ha instalado en las reservas brasileñas de Mamirauá y Amanã los diez primeros sensores de monitoreo en tiempo real de la biodiversidad en el Amazonas.

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Reserva de Desarrollo Sostenible de Mamirauá en el Amazonas

La UPC, a través del Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB), se ha unido como miembro a la Planetary Health Alliance (PHA), entidad que promueve la salud del planeta. El LAB contribuirá, con su tecnología, a monitorear la biodiversidad y alertar sobre las amenazas potenciales del cambio climático y la presión humana sobre los hábitats naturales.

09/12/2020

El Laboratorio de Aplicaciones Bioacústicas (LAB) de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC) es, desde el pasado 24 de noviembre, nuevo miembro de la Planetary Health Alliance (PHA), un consorcio integrado por más de 240 miembros, incluidas universidades, ONG, institutos de investigación y entidades gubernamentales de todo el mundo, comprometidos con la necesidad de comprender y abordar el cambio ambiental global y sus impactos en la salud.

La salud humana depende de la biodiversidad. Ya no podemos ignorar las alteraciones del entorno natural causadas por los seres humanos, ni dejar de tomar en cuenta los impactos que el cambio ambiental global tiene en nuestra salud, con un aumento global de enfermedades, mortalidad relacionada con el calor, riesgos para la salud mental y una disminución de la nutrición que afectan a las comunidades de todo el mundo. Estos desafíos brindan oportunidades para la acción interdisciplinaria.

Al unirse a la PHA, el LAB de la UPC contribuirá con su tecnología a monitorear la biodiversidad y alertar sobre las amenazas potenciales del cambio climático y la presión humana sobre los hábitats naturales, para ayudar a salvaguardar nuestra salud y la de las generaciones futuras. Esta participación del LAB fortalecerá el impacto de las tecnologías de la UPC en una red mundial que incluye las mejores universidades e institutos de investigación del mundo. Los investigadores de estas entidades tendrán, a partir de ahora, acceso a los datos y a los índices ecoacústicos que recoge el LAB, y que informan permanentemente sobre la salud de los ecosistemas monitoreados en distintos lugares del planeta. Dicho proceso permitirá establecer canales de comunicación con los expertos en salud humana de la PHA para alertarlos de la presencia de especies invasoras que pueden transportar nuevos patógenos a las poblaciones humanas adyacentes.

Los bosques tropicales están desapareciendo rápidamente de nuestro planeta como resultado de la deforestación causada por la ganadería, la tala, la minería, la extracción de petróleo, la expansión agrícola, la construcción de carreteras y presas, y la expansión de áreas urbanizadas. Dentro del conjunto de factores de riesgo que comprometen la conservación de la biodiversidad marina, una de las amenazas más críticas es el ruido que producen las operaciones industriales offshore. Ambos procesos, en el océano y en las selvas tropicales, se ven agravados por el calentamiento global y han provocado un aumento dramático en la tasa natural de extinción de especies y la consecuente pérdida de biodiversidad. Los datos recientes sugieren que esta pérdida de biodiversidad puede conducir a una exposición sin precedentes a nuevos patógenos que podrían afectar gravemente la salud humana. La cuestión es cómo monitorizar estos cambios y alertar a los expertos de una amenaza potencial no sólo para la biodiversidad, sino también para los seres humanos.

En los bosques tropicales, los satélites de teledetección y los aviones científicos proporcionan una gran cantidad de datos a escala mundial para rastrear los cambios en la cubierta forestal y el uso de la tierra, pero con una resolución espacial y temporal relativamente baja y sin la capacidad de monitorear la biodiversidad bajo esta cubierta vegetal; de ahí que su utilidad para la conservación forestal, a nivel científico, sea muy limitada. Al mismo tiempo, realizar el muestreo in situ a gran escala de la actividad biológica bajo la canopia, utilizando protocolos estándar y durante largos períodos de tiempo, sigue siendo muy costoso desde el punto de vista logístico y económico.

Pioneros en monitoritzar la biodiversidad
El LAB de la UPC, junto con el Instituto Mamirauá (Amazonas, Brasil), son pioneros en la forma en que se monitoriza la biodiversidad en los bosques tropicales, a través de la aplicación y el despliegue de una tecnología que está permitiendo un monitoreo acústico continuo de la biodiversidad bajo un protocolo estándar, con la identificación automatizada y en tiempo real de más especies que con cualquier otra tecnologia. Se utiliza, para ello, una transmisión inalámbrica de datos con un bajo consumo de energia, lo cual permiten que el monitoreo esté operativo durante largos períodos de tiempo sin necesidad de mantenimiento.

Cada nodo de Providence (como se denominan estos ‘centinelas’ de la biodiversidad) es autónomo e incluye sensores visuales, acústicos y de movimiento, así como una fuente de energía de recolección de energía, sistemas de comunicación de corto y largo alcance, y capacidad para integrar otros sensores medioambientales. Los nodos de Providence integran, por primera vez, el reconocimiento de especies a través de técnicas de audio e imagen en una sola unidad y con la capacidad de monitorizar la biodiversidad de las selvas tropicales a escalas inexploradas, a través de una red que permite la construcción automática de indicadores ecoacústicos de su actividad biológica. Estos indicadores son esenciales para detectar conflictos entre actividades humanas y naturaleza antes de que se conviertan en un problema para la biodiversidad o la salud humana.

Enfoque bioacústico
El entorno marino siempre ha tenido un paisaje sonoro vibrante con sonidos producidos por animales y procesos físicos. Sin embargo, en los últimos cien años se han introducido muchas fuentes antropogénicas que actualmente están contribuyendo al balance general de ruido de los océanos. Además del ruido, el reciente desarrollo mundial de Fuentes de energía renovable en el mar (parques eólicos, generadores mareomotrices) ha introducido nuevas formas de energía submarina, que incluyen campos electromagnéticos, cuyos efectos sobre los ecosistemas marinos se desconocen. Sus implicaciones son menos tenidas en cuenta que otras amenazas globales y, hasta hace poco, han sido en gran parte indetectables para cualquiera que no fuera un experto. El LAB de la UPC propone un cambio trascendental en la metodología y exploración de la sensibilidad acústica de nuevos organismos marinos. Dicha información es necesaria para abordar la magnitud de estas crecientes fuentes de contaminación a escala de ecosistemas, anticipando así el futuro amplio uso de nuevas tecnologías, para ayudar a proporcionar indicadores de impacto ambientalmente responsables.

Proporcionar indicadores del estado de conservación de los hábitats naturales es clave para la salud del planeta y, por tanto, de los seres humanos. La voluntad del LAB es convencer a los miembros actuales y futuros del Planet Health Alliance (PHA) de la necesidad de adoptar un enfoque bioacústico para encontrar soluciones sostenibles que combinen los intereses de la salud humana y la conservación de la vida silvestre. La comunicación es clave en ese aspecto. La tecnología desarrollada por el LAB permite a cualquier persona desde cualquier lugar del mundo monitorear la biodiversidad y alertar sobre posibles amenazas del equilibrio natural de la región donde están implantados estos sensores. Actualmente, opera en la mayoría de los océanos del mundo, así como en el Amazonas y África. El flujo de datos que genera esta red de sensores es probablemente el mayor big data sobre sonidos biológicos en el mundo, y está en continuo crecimiento.