Expertos internacionales debaten en Barcelona sobre cómo revertir el impacto del cambio climático en las ciudades

El 2 de octubre, a las 18 horas, Janet Sanz, segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, inaugurará la 13ª edición del 'Congreso Internacional Ciudad y Territorio Virtual. Ciudades y territorios inteligentes', organizado por el Centro de Política del Suelo y Valoraciones de la UPC. Entre otros, se presentarán los resultados de un estudio para conocer y mitigar los efectos del cambio climático y la isla de calor en las ciudades y las conclusiones de un proyecto sobre la correlación entre la eficiencia energética y el precio del alquiler y la venta de inmuebles en España.

03/10/2019

En el acto inaugural del 'Congreso Internacional Ciudad y Territorio Virtual. Ciudades y territorios inteligentes', que tendrá lugar en el Saló de Cent (plaza de Sant Jaume, 1), intervendrá Janet Sanz, segunda teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona. También participarán el vicerrector de Infraestructuras y Arquitectura de la UPC, Estanislau Roca; el profesor Josep Roca Cladera, director del Centro de Política del Suelo y Valoraciones (CPSV) de la UPC, con sede en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB), y coordinador de la 13ª edición del congreso, y Javier Martín Vide, catedrático de Geografía Física de la Universidad de Barcelona, especialista en climatología.

La sostenibilidad ambiental, social y económica de los territorios y de los sistemas urbanos de escala metropolitana será el eje central del congreso, que se realizará en el Convento de los Ángeles (Plaza de los Ángeles, 5 de Barcelona), hasta el 4 de octubre. El objetivo de este evento internacional, que reunirá a más de 200 personas, entre investigadores, técnicos, arquitectos, representantes del gobierno y de la sociedad civil, educadores y estudiantes de diferentes países, es reflexionar y discutir sobre propuestas para el desarrollo urbanístico tanto local como global, difundir los avances en investigación y educación vinculados al desarrollo urbano y a la planificación urbanística, así como fomentar el intercambio y la integración de conocimientos.

En el transcurso del congreso se presentarán los resultados, entre otros, de dos proyectos liderados por el CPSV de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC):

Urban-CLIMPLAN, que se presentará el día 3 de octubre a partir de las 10 h en el ámbito de cambio climático, planeamiento y urbanismo, es un proyecto en el que se ha estudiado y determinado estudiar los factores climáticos, geográficos, territoriales y urbanos que determinan la isla de calor urbana del sistema metropolitano de Barcelona (3.200 km2, 4,7 millones de habitantes) que ayude a la toma de decisiones en planificación y gestión urbana. El estudio se ha centrado en desarrollar técnicas que permitan conocer y mitigar los efectos del cambio climático, y planificar la ciudad y el territorio para saber adaptarse. La isla de calor urbana es un fenómeno que consiste en el incremento de la temperatura en el centro de las áreas urbanas en contraste con la periferia o los espacios rurales periféricos, especialmente en horas nocturnas, y tiene un impacto en la salud y el bienestar de los ciudadanos especialmente preocupante cuando se producen episodios extremos como las olas de calor, cada vez más frecuentes. Las principales causas de la isla de calor son la falta de vegetación, la impermeabilización del suelo y el uso de materiales como el asfalto y el hormigón, que por la noche desprenden el calor acumulado durante el día, al igual que los vehículos y los sistemas de alumbrado y de climatización. Para estudiarlo se ha desarrollado una metodología aplicada a diversas escalas, desde la territorial, a nivel de Región Metropolitana de Barcelona, así como la selección de casos de estudio a nivel local, de barrio o incluso de espacios verdes urbanos.

Los puntos más calientes de día y más frescos de noche, a escala metropolitana, en los núcleos urbanos de Barcelona, Sant Cugat del Vallès, Terrassa, Sabadell, Rubí, L'Hospitalet de Llobregat y otras localidades del continuo urbano están generados por las actividades económicas logística, industrial, y terciaria y de servicios, con unas temperaturas de 34,40 °C, 33,29 °C y 31,37 °C, respectivamente. En Barcelona, por ejemplo, el área del recinto ferial de Montjuïc y las zonas con grandes centros comerciales (que habitualmente tienen cubiertas metálicas) son las más calientes durante el día, pero se enfrían de noche, cuando no hay actividad.

Asimismo, el sistema viario (31,34 °C) y el sistema residencial compacto (con el Eixample y Ciutat Vella al frente de los distritos en Barcelona, con 31,05 °C) muestran una temperatura terrestre más elevada que la media de la región Metropolitana de Barcelona, que es de 28,58 °C. Por ello, las calles y la zona más edificada mantienen todavía de noche el calor acumulado durante todo el día.

Por el contrario, las zonas verdes de la ciudad, el sistema hidrográfico, los suelos urbanizables aún no desarrollados (greenfields), el resto de suelos no urbanizables y los desarrollos urbanos de baja densidad son las zonas más frescas. Con estos datos se observa que las áreas artificializadas, es decir, urbanizadas, tienen una temperatura terrestre media un 7,2% más elevada que las no urbanizadas. Las áreas agrícolas e industriales (especialmente del Vallès Oriental y Occidental y el Penedès) se sitúan en una situación intermedia, aunque son muy calientes durante el día y refrescan de noche.

Según el estudio, las zonas de alta densidad deberían reforzarse con instrumentos de ordenación como, por ejemplo, la calidad del verde urbano, la cantidad de superficie permeable o el albedo bajo los materiales. Algunas de las recomendaciones principales, según los autores del estudio, son la necesidad de superar la actual concepción de sostenibilidad urbana, la cual no se considera de forma explícita el problema del cambio climático; introducir el análisis climático en el planeamiento urbanístico (calor, agua y viento), o la rehabilitación climática de los barrios como nueva estrategia urbana. Igualmente, se considera necesario aplicar medidas de adaptación al cambio climático que guíen la actuación tanto en los suelos de nuevo desarrollo (greenfields), como en los sometidos a regeneración y rehabilitación (brownfields); proponer un nuevo estándar urbanístico que garantice el verde "real" de las ciudades; desarrollar normativa y políticas para incrementar la permeabilidad de las superficies urbanas; y utilizar de materiales que mejoran el clima urbano (el albedo tiene un protagonismo especial). En este contexto, los expertos también recomiendan contar con una red de monitorización climática de las diferentes zonas de la ciudad y tener un Sistema de Información del Clima Urbano.

El proyecto Urban-CLIMPLAN, coordinado por el profesor Josep Roca Cladera, ha sido financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

EnerValor, que se presentará el día 3 de octubre, a partir de las 10 horas, dentro del ámbito de eficiencia energética en el medio edificado, ha estudiado la correlación entre la eficiencia energética medida a través de los certificados de eficiencia energética (CEE) y el precio del alquiler y la venta de inmuebles en España. El estudio ha puesto de relieve la grave situación energética del parque residencial: cerca del 87% de las viviendas certificadas se sitúan en las clases más ineficientes (E, F o G). Las necesidades de rehabilitación energética, por tanto, son enormes, al igual que la financiación necesaria para revertirlo. El proyecto, coordinado por el investigador de la UPC Carlos Marmolejo, también está financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y el fondo FEDER.

Uno de los resultados del proyecto es que existe una correlación positiva entre las clases energéticas y los precios de oferta residencial en una muestra de la Barcelona metropolitana, es decir, cuanto más eficientes son las viviendas plurifamiliares, el precio de salida es superior. Pasar de la clase G (la de los pisos menos eficientes) al A (los más eficientes) supone una diferencia de precio del 10,7%. Esta diferenciación de precios no es homogénea, sino que es mucho mayor en el caso de viviendas de menor calidad situadas en los barrios desfavorecidos del desarrollismo (llegando al 32,7% de diferencia) y nula en referencia a los pisos de reciente construcción dotados de todos los servicios.