La Escuela de Edificación de Barcelona participa en la restauración de los frisos de Picasso en la sede del Colegio de Arquitectos

Imagen de los frisos de Picasso en la fachada de la sede del COAC antes de la restauración. Imagen: COAC
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Imagen de los frisos de Picasso en la fachada de la sede del COAC antes de la restauración. Imagen: COAC

Los profesores Joan Ramon Rosell y Manel Iglesias trabajando en los frisos
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Los profesores Joan Ramon Rosell y Manel Iglesias trabajando en los frisos

Un miembro del equipo inyectando inhibidor de corrosión en la fachada
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Un miembro del equipo inyectando inhibidor de corrosión en la fachada

Imagen actual de la fachada del COAC
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Imagen actual de la fachada del COAC

Un equipo de la Escuela Politécnica Superior de Edificación de Barcelona (EPSEB) de la UPC está rehabilitando los frisos de Picasso en la fachada y el interior de la sede del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC) en Barcelona. Las tareas consisten en restaurar las zonas lesionadas y detener el proceso de corrosión de la estructura metálica que sujeta los frisos.

01/02/2022

En 1960, Picasso recibió el encargo de diseñar el esgrafiado de los frisos interiores y exteriores de la fachada de la sede en Barcelona del Colegio de Arquitectos de Cataluña (COAC), en la plaza Nova número 5, obra del arquitecto Xavier Busquets. Unos dibujos que el artista noruego Carl Nesjar esgrafió sobre paneles de hormigón y que se han convertido en el elemento más emblemático y distintivo de la sede del Colegio desde la inauguración del edificio en 1962.

Con el paso de los años, la exposición a la contaminación de la ciudad y a las inclemencias del tiempo han ido deteriorando los frisos. Ahora, coincidiendo con las obras de remodelación del edificio, que se transformará en la sede en Barcelona del nuevo Centro Abierto de Arquitectura, un equipo pluridisciplinar formato por profesorado de la Escuela Politécnica Superior de Edificación de Barcelona (EPSEB) de la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC), junto con un profesor de la UB, está llevando a cabo los trabajos de remodelación de la obra.

La intervención se realiza con un doble objetivo: por un lado, limpiar la suciedad superficial provocada por la exposición a la contaminación y restaurar las zonas lesionadas; y, por el otro, parar el proceso de corrosión en la estructura metálica que está provocando algunas fisuras y que podría dañar la obra de forma irreversible.

Según explica el responsable del proyecto, Joan Ramon Rosell, profesor e investigador del Departamento de Tecnología de la Arquitectura y que imparte docencia en la EPSEB, “esta intervención es muy delicada, puesto que tenemos que procurar el menor impacto en la obra de arte”. Para evitar la corrosión provocada por las filtraciones de agua, además de la impermeabilización de la cubierta y el cambio de bajantes, la actuación incluye un sistema de protección catódica activa a través de la colocación de ánodos de sacrificio. Con esta técnica, tal y como explica Rosell, que es también investigador del Grupo Interdisciplinar de Ciencia y Tecnología en la Edificación (GICITED), “si alguna vez volviéramos a tener problemas de filtración de agua, la corrosión la sufrirían los ánodos de sacrificio, que están conectados eléctricamente a una centralita de datos para detectar en qué momento se produce el daño. Así se pueden ir cambiando los ánodos cada cierto tiempo con una operación de mantenimiento, de forma que la pieza original quede siempre intacta”.

La intervención de los arquitectos técnicos también incluye la rehabilitación de los frisos interiores del edificio, ubicados en el acceso a la Sala de actos del Colegio, un espacio central de las actividades de la entidad, hecho que ha provocado el deterioro de la obra por la acción directa del ser humano. Para evitar esta degradación en el futuro, se instalará un sistema de separación que permita proteger los frisos de la actividad humana.

Además de Joan Ramon Rosell, en el equipo de restauración participan Montse Bosch, profesora e investigadora del Departamento de Tecnología de la Arquitectura de la UPC y del GICITED; Belén González, estudiante de doctorado del GICITED; el restaurador Manel Iglesias, profesor de la UB, y el ingeniero técnico en topografía Felipe Buill, profesor del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la UPC. Está previsto que los trabajos de restauración finalicen hacia el mes de mayo.

Colaboración de Picasso y Carl Nesjar
Los frisos de Picasso en la fachada de la sede del Colegio de Arquitectos aportan al edificio un carácter singular y representan su rasgo más identificativo. Busquets, amigo de Picasso, propuso al artista malagueño hacer los dibujos para el mural y, para que tuviera una idea clara del entorno del edificio, le envió fotografías y una película de 16 mm con escenas de la feria de pesebres y de encuentros de gigantes y castellers realizados en la plaza. Estos elementos propios de la cultura catalana inspiraron a Picasso, que plasma en la obra dibujos de gigantes, baile de sardanas o els Tres Tombs.

Los dibujos originales, que Picasso trazó en carbón sobre tela, a escala 1:10, se ampliaron fotográficamente para obtener las plantillas definitivas. Fue el mismo Picasso quien eligió la técnica del esgrafiado al chorro de arena, una técnica innovadora de decoración gráfica sobre hormigón que el artista Carl Nesjar había usado por primera vez para esgrafiar dibujos del pintor malagueño en un edificio gubernamental en Oslo, Noruega. El artista noruego fue el encargado nuevamente de proyectar el esgrafiado diseñado por Picasso en murales de más de 57 metros de altura en la fachada del edificio del Colegio de Arquitectos en Barcelona. A diferencia del edificio de Oslo, se percoló un mortero de cemento blanco en una estructura granular de piedras negras para conseguir el efecto de blanco y negro buscado por los artistas, donde después la arena proyectada marcaría los trazos de los dibujos.

La construcción del nuevo edificio del Colegio de Arquitectos en la plaza Nova de Barcelona, inaugurado en abril de 1962, fue un proceso marcado por la polémica, con un intenso debate ciudadano sobre los murales de Picasso y por el hecho de intervenir con una nueva construcción en el centro histórico de la ciudad.