Un estudio de la UPC revela una reducción de peces en el litoral de Vilanova i la Geltrú
En una década, la cantidad media de peces detectados por la plataforma OBSEA a cuatro kilómetros de la costa de Vilanova i la Geltrú se ha reducido a la mitad, mientras que el número de especies ha disminuido un 23 %. Lo indica un estudio desarrollado por el grupo de investigación SARTI de la UPC. Los resultados evidencian cambios significativos en la biodiversidad y en el equilibrio ecológico en esta zona marina, que podrían estar relacionados con el cambio climático o las actividades humanas.
28/07/2025
De las 27 especies de peces detectadas en 2012, en 2021 solo quedaban 22. De una media de 5,4 peces observados cada media hora durante 2012 a solo 2,4 en 2021. Son algunos de los datos extraídos del observatorio submarino OBSEA, una plataforma científica del grupo de investigación SARTI de la Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech (UPC) ubicada a 20 metros de profundidad y a cuatro kilómetros de la costa de Vilanova i la Geltrú. A lo largo de diez años, los investigadores e investigadoras del SARTI, vinculados a la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Vilanova i la Geltrú (EPSEVG), han estudiado el fondo marino mediterráneo a partir de las más de 78.000 imágenes tomadas cada 30 minutos mediante cámaras submarinas y de datos ambientales (salinidad, temperatura y clorofila).
Los resultados no solo muestran una disminución en la variedad y en la abundancia de los peces, sino también una rotación constante de las comunidades, hecho que evidencia un desequilibrio ecológico y una pérdida de la biodiversidad marina. Estos cambios pueden afectar toda la red trófica y tener consecuencias directas en el ecosistema marino, la pesca y la economía, así como disminuir la resiliencia del mar al cambio climático.
Además de la reducción del 23 % en el número de especies entre 2012 y 2021, destaca el aumento de algunos depredadores y la desaparición de algunas especies habituales en niveles tróficos bajos —como las que se alimentan de pequeños invertebrados del fondo marino—. Este cambio en las comunidades de peces podría provocar un desequilibrio en la red alimentaria marina con efectos potenciales sobre la estructura y el funcionamiento del ecosistema. Por ejemplo, especies como Spondyliosoma cantharus (la chopa), Scorpaena sp. (la escorpena o cabracho) y Atherina sp. (el pejerrey) han dejado de aparecer, mientras que especies como Dentex dentex (el dentón) o Seriola dumerili (la seriola), de carácter más termófilo y predador, han incrementado su presencia. En concreto, se estima que la reducción de especies como la salema (Sarpa salpa) y la mojarra (Diplodus vulgaris) ha sido del 62 % entre 2020 y 2021.
El estudio, publicado en la revista Science of the Total Environment, señala que las actividades humanas y el cambio climático podrían ser factores causantes de estos desequilibrios en la zona de estudio. Y puntualiza que 32 de las 37 especies detectadas durante el seguimiento son de interés comercial. Los investigadores destacan la importancia de ampliar el análisis a más puntos de la costa para tener una visión más completa de la situación en el Mediterráneo.
Además de alertar sobre los cambios evidentes en las comunidades de peces y los posibles impactos ambientales, económicos y sociales, los investigadores destacan la importancia de continuar este tipo de monitoreo para optimizar la gestión de los recursos y mitigar los efectos de la actividad humana sobre el medio ambiente. Marco Francescangeli, investigador del grupo SARTI que ha liderado la investigación, puntualiza: "Si no actuamos sobre los impactos humanos habrá consecuencias ecológicas significativas en los ecosistemas".
En el estudio se ha analizado la relación entre la biodiversidad y diferentes variables ambientales. Aunque el estudio no determina que los cambios en la salinidad tengan un impacto significativo, se ha observado que las variaciones de temperatura del agua y de concentración de clorofila, a menudo relacionadas con la dinámica estacional, influyen directamente en la biodiversidad. La clorofila es un indicador de la productividad primaria, es decir, proporciona información sobre la cantidad de materia orgánica que los productores primarios (como las algas y plantas) generan mediante la fotosíntesis.
Además de Marco Francescangeli, en la investigación han participado los investigadores de la UPC Enoc Martínez, Albert Garcia Benadí, Daniel M. Toma y Joaquin Del Rio. El estudio se ha desarrollado en colaboración con el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), el centro GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research Kiel (Alemania) y la Fundació Oceanogràfic de Valencia.
Tecnología puntera en el Observatorio Submarino OBSEA
La plataforma OBSEA es una instalación submarina de la UPC que dispone de tecnología avanzada como un hidrófono, un dispositivo CTD (Conductivity, Temperature, Depth) y una boya que incorpora una estación meteorológica. Está conectado a tierra con cable de energía y comunicaciones (Ethernet) que está situado en una zona protegida Natura 2000, llamada Colls i Miralpeix y caracterizada por praderas de Posidonia oceánica.
Los sensores proporcionan datos en tiempo real de salinidad, temperatura, profundidad y calidad del agua, mientras que las cámaras que emiten imágenes en directo son consultables a través de internet.
Joaquin del Rio, director del grupo de investigación SARTI y responsable del OBSEA, explica que: "Hace 15 años desplegamos el observatorio en la costa catalana y continuamos desarrollando tecnologías que nos ayudan a monitorizar los mares y los océanos. El despliegue de estos observatorios en otras zonas de la costa y del Mediterráneo ayudarían a obtener una visión más global del ecosistema".