Ricardo Bofill, doctor ‘honoris causa’ de la UPC: “La única utopía posible actualmente es el conocimiento”

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El rector Daniel Crespo y el arquitecto Ricardo Bofill en un momento del acto de investidura como 'honoris causa'

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Ricardo Bofill y el profesor Félix Solaguren-Beascoa, director de la ETSAB y padrino de la ceremonia, dándose la mano después de la lectura de la 'laudatio'

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Ricardo Bofill, a punto de comenzar su discurso de aceptación como doctor 'honoris causa' de la UPC

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Durante la intervención del arquitecto Ricardo Bofill se han proyectado imágenes de sus obras y proyectos

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Momento de la intervención del rector de la UPC, Daniel Crespo

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Emisión, en la pantalla, del vídeo con las palabras del filósofo y escritor japonés Elia Taniguchi, proyectado durante la ceremonia

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La Coral de Arquitectura i la Orquesta de la UPC, a punto para su actuación, poco antes de la clausura del acto

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Representantes del mundo académico y profesional han asistido a la investidura en la Basílica de Santa María del Mar

Apoyo del mundo académico y profesional
El acto ha contado con la intervención de la secretaria general de la UPC, Ana Belén Cortinas, que ha leído el acuerdo del Consejo de Gobierno en el que se aprobó llevar a cabo este reconocimiento, así como del vicerrector de Arquitectura, Infraestructuras y Territorio, Jordi Ros. Asimismo, ha habido diferentes interpretaciones musicales a cargo del violonchelista Thor Jorgen; la mezzosoprano Eulàlia Fantova, el organista Joan Seguí, la Coral de Arquitectura y la Orquesta de la UPC.

La propuesta de la ETSAB de investir Bofill doctor honoris causa, aprobada por el Consejo de Gobierno de la Universidad el 2 de julio pasado, ha recibido el apoyo de reconocidas figuras del mundo profesional y académico, como los arquitectos Paolo Portoghesi, Bjarke Ingels, Kengo Kuma, Benedetta Tagliabue y Thomas Heatherwik; y de los académicos Francisco Montero, Manuel Blanco y Ivan Cabrera, directores de las escuelas técnicas superiores de Arquitectura de Sevilla, Madrid y Valencia, respectivamente.

El arquitecto Ricardo Bofill Levi, uno de los máximos representantes de la arquitectura internacional, ha sido investido doctor 'honoris causa' por la UPC, en un acto que ha tenido lugar este jueves, 30 de septiembre, en la Basílica de Santa María del Mar de Barcelona.

30/09/2021

El acto de investidura como doctor honoris causa por la Universitat Politècnica de Catalunya · BarcelonaTech (UPC) ha contado con la intervención del rector, Daniel Crespo, y del director de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) de la UPC, Félix Solaguren-Beascoa de Corral, que ha ejercido de padrino y ha leído los méritos del arquitecto barcelonés. La ceremonia se ha enmarcado en la conmemoración del 50 aniversario de la Universidad.

Vídeo del acto emitido en directo (canal de la UPC en YouTube)
Ricardo Bofill Levi (Barcelona, 1939) es uno de los urbanistas y arquitectos catalanes más influyentes y reconocidos en el ámbito internacional. Se formó inicialmente en la ETSAB, un centro que ha impulsado la investidura del arquitecto como doctor honoris causa, en reconocimiento de su trayectoria en diferentes estilos arquitectónicos contemporáneos, tanto de obra urbana como de vivienda.

En su discurso de investidura, Ricardo Bofill se ha mostrado emocionado de reencontrarse con la ETSAB, donde inició sus estudios en 1956 y de la que fue expulsado por crear el Sindicato Libre Universitario, y ha recordado los grandes nombres que ha dado este centro, como Gaudí, Domènech, Puig i Cadafalch, Sert y Coderch, entre tantos otros. De Gaudí, "el genio más grande en la historia de la arquitectura", ha manifestado: "aprendí que nada se puede repetir, que ningún proyecto puede ser igual a ningún otro. No se puede hacer la misma arquitectura en todo el globo. El conocimiento del genius loci nos lleva a realizar proyectos diferentes en lugares diferentes".

En su relato, que ha versado sobre su vida y trayectoria, ha proclamado la necesidad de ser un nómada, "que propone ideas y proyectos en diferentes lugares". Ha diseñado unos mil proyectos y ha construido en 35 ciudades, desarrollando un vocabulario diferente para cada proyecto. "Elegí la arquitectura porque pensé que la obra de arte arquitectónica trasciende el tiempo de la vida de uno mismo", ha afirmado. "Me emociona el espacio y me gustó la idea de enfrentarme a la construcción física del espacio-tiempo".

Ricardo Bofill ha hablado de diferentes momentos históricos y contextos sociales que le han marcado, de su educación, sus experiencias como estudiante y profesional, sus inquietudes y utopías. Asimismo, se ha referido al diseño y el lenguaje arquitectónicos, el proceso constructivo, la evolución de esta disciplina en paralelo con el avance tecnológico y científico... "Si tuviera que señalar en líneas sobre un mapa la cronología de mi trayectoria después de mis inicios en España, primero dibujaría una línea perpendicular norte-sur, desde Estocolmo pasando por San Petersburgo, Holanda, Francia, España, Marruecos, Argelia... Y, después, otra transversal, por los Estados Unidos, Japón, China, India y Oriente Medio".

Viajar le ha permitido establecer relaciones con otros lugares "y eso me aporta conocimientos sobre otros mecanismos. No se puede proyectar en Pekín como lo haría en Barcelona", ha declarado. "Con una profundización del conocimiento de las diferentes partes del mundo la visión cambia, porque desde cada lugar se encuentra un ángulo diferente del globo terrestre".

Ha explicado, así, que "sesenta años de experiencias, viajes y encuentros me han determinado y modelado de una manera precisa y mesurada. Una visión policéntrica del mundo, como si observara la Tierra a través de un caleidoscopio". La arquitectura le ha servido también "para leer y entender la realidad desde una doble perspectiva, local y mundial; me ha permitido apreciar las diferencias de cada continente, región, ciudad, barrio. Esta manera de vivir y entender me ha llevado a considerar el proyecto como un eje fundamental de mi vida y mi trabajo".

Sobre la arquitectura como disciplina autónoma, ha destacado que, de las diferentes definiciones, la que prefiere es 'el arte de estructurar el espacio'. "Pero la arquitectura es, al mismo tiempo, una disciplina condicionada por la economía, la sociología, la tecnología y el conjunto de ciencias humanas", ha añadido. "La única utopía posible actualmente es el conocimiento".

Bofill se ha querido referir también a la sensibilidad por el espacio: "Creo que los espacios que provocan emociones fuertes son los que están más cerca de la excelencia". Y sobre el diseño urbano, ha defendido que "hay que ver la realidad a vista de pájaro y aprender a proyectar de nuevo nuestras casas, nuestros pueblos, barrios y ciudades". Para Bofill, "demografía, economía, tecnología, política: las ciudades son a la vez el cruce de estas fuerzas". En este punto, el arquitecto ha alertado de que "el papel de la arquitectura puede desaparecer. Si no estrecha relaciones con otras disciplinas científicas, la arquitectura apenas podrá participar en la nueva visión necesaria del futuro”.

Asimismo, Bofill ha hablado de su interés por "inventar vocabularios, procesar y elaborar nuevos lenguajes, escrituras nuevas y posibles en este mundo múltiple y estandarizado". El lenguaje como forma de expresión, como reto con uno mismo, ha expresado.

"Mi obra es el reflejo de la evolución de mi personalidad a lo largo del tiempo, el impulso para hacer y proyectar y el conocimiento y las influencias exteriores", ha manifestado. Unas influencias que incluyen desde la arquitectura vernácula, la del desierto o el clasicismo, incluyendo la arquitectura del Renacimiento, la de Borromini o la perfección de las obras de Frank Lloyd Wright y de Mies van der Rohe, y los templos de Kyoto. "Pero cuando proyecto me vacío de referencias. En el momento en que me concentro delante de un papel blanco siento satisfacción. Cuando consigo producir una lógica, un sistema, una emoción, lo celebro. Pero cuando el proyecto se acaba, solo veo imperfecciones. Solo veo mis propios errores".

Para finalizar, Ricardo Bofill ha reconocido: "Soy arquitecto porque lo que me gusta es el espacio, la forma arquitectónica de observar el espacio, diferente del espacio pictórico: en arquitectura la mirada es amplia y uno se desplaza dentro de este espacio. Me gusta cuando la relación entre individuo y espacio es estéticamente potente". Y ha terminado su discurso animando a las nuevas generaciones de arquitectos y urbanistas a afrontar el reto de mejorar nuestro entorno y contribuir a inventar la ciudad del futuro.

Elogio de los méritos de Ricardo Bofill
"Creemos que si hay alguien de nuestro entorno que sea el arquitecto más reconocido de nuestros contemporáneos, el que tiene el perfil internacional más relevante, con una obra ampliamente reconocida y galardonada, alguien que realmente lo merece y que además es cercano, esta persona es, sin duda, el arquitecto Ricardo Bofill Levi. Él está en nuestro entorno y en el horizonte la vez. Su valor es dual y esto para algunos es difícil de aceptar", ha destacado el director de la Escuela de Arquitectura de Barcelona, Félix Solaguren-Beascoa de Corral, en su elogio (laudatio) de los méritos del arquitecto.

Solaguren-Beascoa ha hecho un repaso a la trayectoria académica y profesional de Bofill, a los tiempos de censura y represión durante el franquismo y a las primeras manifestaciones estudiantiles, cuando el joven Bofill fue detenido y expulsado de la Universidad, lo que le llevó a seguir los estudios de arquitectura en Ginebra, a sus inicios en el taller de su padre, también arquitecto, los años 60 en París, a los tiempos de rebeldía y de reinvención... El director de la ETSAB se ha referido a la vocación de eternidad y de universalidad que reclama permanentemente la obra del arquitecto, de la que ha querido destacar: "no hay ningún modelo, no hay reiteración. Todas son diferentes. No hay un estilo, pero el equilibrio es sistémico. Su estilo son todos los estilos; la inquietud ante el papel en blanco y la investigación son permanentes. Es un descubrir constante, de lo que hay y de lo que no hay, de lo que aún no existe: ¿hay algo que sea más académico? ".

Según ha destacado Solaguren-Beascoa, "en el campo universitario un doctor honoris causa debe cumplir con este perfil: el de ser un modelo ejemplar en su trabajo, en su tarea y, en definitiva, en su labor investigadora, como un profesor modelo". Estos aspectos son los que han llevado a la ETSAB a proponer otorgar el máximo reconocimiento académico universitario, el de la UPC y de la Escuela "a nuestro arquitecto más internacional, a Ricardo Bofill Levi, y de paso saldar, además, una deuda que todos tenemos", ha concluido Solaguren-Beascoa.

Bofill ha recibido de manos del rector, Daniel Crespo, el diploma, el birrete, el anillo y los guantes blancos, como símbolos del doctorado. A continuación, el rector ha iniciado su parlamento: "El honor de haber investido doctor ‘honoris causa’ al ilustre arquitecto Ricardo Bofill es un paso más en la estrecha relación que mantienen la ciudad de Barcelona y la arquitectura". Así, Daniel Crespo ha puesto énfasis en la relación que han mantenido desde inicios del siglo XIX Barcelona y los estudios de arquitectura, entre construcción académica y transformación urbana. "Una relación sinérgica y cómplice que ha sido la catalizadora de una larga carrera de éxitos de los que todas y todos disfrutamos los frutos. La Capitalidad Mundial de la Arquitectura de Barcelona el 2026 no hubiera sido posible sin esta historia, de la que hoy escribimos una nueva página", ha afirmado el rector.

Construir la ciudad y la academia
Daniel Crespo se ha referido a los "académicos que construyen la ciudad, profesionales que transforman la academia". Con el horizonte puesto en la Capitalidad de la Arquitectura de Barcelona de 2026 y más allá, el rector ha dicho que "el cambio metabólico de los tejidos urbanos que las ciudades tienen que experimentar en los próximos años para hacer frente a los retos sociales, económicos, culturales y climáticos, necesitan de todo el talento disponible en la academia puesto a trabajar en proyectos transformadores".

El rector ha añadido que "desde una transversalidad máxima será necesario elaborar las bases para el nuevo futuro. La UPC volcará todo su potencial, no solo desde sus escuelas de referencia –las Escuelas de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) y del Vallès (ETSAV)–, sino poniendo todo su conocimiento al servicio de la ciudad y su gente". Daniel Crespo ha finalizado su intervención manifestando: "En esta tarea ingente, la inspiración, el trabajo y la trayectoria del nuevo doctor ‘honoris causa’ por la UPC Ricard Bofill será una de nuestras fortalezas".